A veces las tormentas no llegan completas. A veces, se
forman con los días o hasta en semanas.
Una tormenta Ártica, moviéndose al sur,
puede de repente colisionar con una tormenta tropical con camino al norte. Y
cuando estas colisiones del clima tienen lugar, hace que la tormenta explote.
La suma total de su energía destructiva es mucho más grande si cualquiera de
las dos nunca se hubieran encontrado, creando lo que a veces los meteorólogos
llaman "condiciones perfectas" para una tormenta mortal.
Una tormenta
perfecta.
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